La cónsul argentina en Salto, Carola del Río, participó ayer de una reunión llevada a cabo en la Intendencia Departamental de Salto con motivo de la visita de las autoridades de la Comisión Internacional para la Protección del Río Rin (CIPR) a la cuenca del río Uruguay.
La delegación integrada por la viceministra de Ambiente del Gobierno de Alemania y presidenta del CIPR, Miriam Haritz, y el Secretario Ejecutivo del CIPR, Marc Daniel Heintz, se encuentra desde el lunes desarrollando una agenda de cinco días en la región, la cual culminará este viernes 12 en la sede de la ALADI, en Montevideo.
La comisión fue creada en 1950 con el fin de analizar la contaminación del Rin, recomendar medidas de protección del agua, armonizar métodos de seguimiento y análisis e intercambiar datos de seguimiento.
El Rin es el tercer río más grande de Europa, con una extensión de 1230 kilómetros, el cual se extiende por nueve países (58 millones de habitantes). La comisión está integrada por Suiza, Francia, Alemania, Luxemburgo, Países Bajos y la Unión Europea y coopera con Austria, Liechtenstein y región belga de Valonia. Los puntos centrales del trabajo son el desarrollo sostenible de la cuenca, sus zonas aluviales y el buen estado de todas las aguas.
La comisión se subdivide en grupos de trabajo (inundaciones, calidad del agua/emisiones, ecología y microcontaminantes), los cuales tienen competencia técnica en todas las cuestiones relevantes que surgen de la implementación del Convenio para la Protección del Rin y del derecho europeo.
Las decisiones se toman en la asamblea plenaria anual y son aprobadas por consenso. Las medidas adoptan la forma de recomendaciones dirigidas a los países, los cuales asumen la obligación de informar sobre la implementación de las mismas.
Por tratarse de un organismo con casi 75 años de antigûedad, las actividades de la CIPR constituyen un modelo para muchas otras cuencas fluviales, como, por ejemplo, la del Río Uruguay.
Entre los puntos conversados se destacan los desafíos que se enfrentan en el marco del cambio climático, los planes de contingencia frente a catástrofes o inundaciones, los problemas de sedimentación de la cuenca, la protección de la biodiversidad, y las dificultades que surgen al momento de implementar las recomendaciones por parte de los gobiernos locales, sobre todo en países federales, como es el caso de Alemania.
Los presentes agradecieron la oportunidad de intercambiar experiencias y buenas prácticas, así como la posibilidad de conversar sobre diferentes áreas de colaboración que permitirán cuidar más eficientemente el río y, al mismo tiempo, mejorar la calidad de vida de las poblaciones ubicadas en el litoral del río Uruguay.